miércoles, enero 27, 2010

Sentarme, respirar y...

...abrir aquel libro, y sentirme especial, soy la primera que recibe el olor de sus páginas que no hace mucho estaban en blanco. Ese olor nunca cambia pese a los cientos de libros que leas, porque tener la oportunidad de desvirgar un libro tras otro es algo tan bello, no hay palabras en el mundo que describan las imágenes y sentimientos que evocan todos esos olores que salen expulsados al exterior cuando abres un libro por primera vez.

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