domingo, septiembre 26, 2010

¡Qué asco me dan los cánceres!
El dolor que traen consigo no se lo lleva ni la muerte.
Arrastra vidas, arrastra corazones
que quedan en vida aplastados.
Corazones que dejan de latir,
que un día lucharon para vivir,
hoy marchan como una sorpresa para todos,
aunque anticipada para los que se quedan.
Ya sois 4 los que nos dejástieis de manera dolorosa.
Y otros 3 los que luchásteis,
y salísteis adelante.
Mientras me quedo sentada, y sin que una lágrima caiga,
asumo tu muerte.
Ya no habrá más discos de Sabina en tu coche,
ya no hay más dientes que sacarme,
ni más sonrisas que provocar.
Ahora ya no queda nada, sólo tu recuerdo
que algún día pasará.
Una llamada a las diez de la noche,
ya no estás en esa cama de hospital,
que blanca y vacía recoge las lágrimas de tu madre.
Y veo a mi padre evitando llorar,
fuiste importante, no eres una ficha más.
Ha pasado un año, y a Sabina he vuelto a escuchar,
pero no pude evitar
llorar una vez más.

Dedicado a Javi, a Jena, a Tere y a otros tantos familiares
con los que acabó esta enfermedad.

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